CONSEJOS PARA REALIZAR BUENOS EJERCICIOS
Las visibles deficiencias en la colocación y en la incurvación son consecuencia de unas ayudas erróneas o de una falta en la rectitud – lo que suele ocurrir muy a menudo. Ya en el momento del comienzo del apoyo, cambian las características del trote reunido fundamentalmente. Ya en los primeros trancos hacía delante, hacía el lado, a veces por un posterior interior que pisa demasiado lateral, lo que hace que la fuerza de sostén de los posteriores se vea disminuida, el apoyo se vuelve demasiado fuerte sobre las manos. Desde luego en este momento no podemos hablar de una secuencia de movimiento con un ritmo claro y expresivo, este se ha perdido.

El jinete debería activar la impulsión un poquito antes del cambio de mano, simplemente sin apresurar el ritmo, con el caballo bien cerrado, para intensificar la impulsión.
Las ayudas se dan como en el momento de la salida a galope en la otra mano y lo más importante de todo es que el jinete se quede sentado, absolutamente quieto.
En el caso concreto surgen por supuesto muchas preguntas acerca de estas lecciones. Pero a mi me importa aquí en este contexto simplemente que nos centremos en los errores y demos indicaciones y explicaciones para los más frecuentes.
Piafé y passage
Para montar estas lecciones es imprescindible tener un conocimiento exacto de sus características esenciales, una clara idea de las ayudas correctas y que evitemos los errores más garrafales.
Las principales características del piafé son: se trata de un movimiento elegante, dentro de la familia del trote, pero diagonalizado, en el sitio, que exige un alto grado de reunión, el doblamiento fuerte de los posteriores, en el que las piernas del caballo se mueven con una cadencia sostenida, esto quiere decir con un momento claro de "aguante" imprescindiblemente vertical subiendo y bajando.
Erróneos son los movimientos inquietos, y sobre todo empujantes, abruptos en el tronco. En el passage vemos a menudo un asiento donde el jinete está sentado en los muslos, donde tiene las pantorrillas apretadas y manos "tirantes". Por ello tiene que quedar claro que no se puede mejorar ni el piafé, ni el passage con movimientos intranquilos, nerviosos, tampoco podemos apretujar hasta que salga ni dar tirones al ritmo. Todas esas acciones son completamente inútiles y solamente pueden perjudicar y no ayudan a una buena imagen. Determinante es sin duda que el jinete esté capacitado para afinar con mucha sensibilidad y muy efectivamente sus ayudas impulsantes y los retenientes.
Alargamientos
A la hora de los cambios por la diagonal o a lo largo del lado largo al galope medio y galope largo suele ocurrir que los caballos cambien anticipadamente, quiere decir que el caballo anticipa el cambio por si mismo sin esperar a la ayuda del jinete, por ejemplo cuando había que seguir en trocado. Este error se deduce exclusivamente sobre que el jinete no ha estado suficientemente claro o suficientemente tranquilo sentado, por ejemplo en el galope a mano derecha. Si el asiento del jinete es impecable el caballo que se encuentra confirmado en las ayudas nunca cambiará solo.
No deben colgar las riendas para nada, ni estar un poquito holgadas, hay que mantener una conexión impecable. Si no será casi inevitable que el caballo bucee, o que el caballo se defienda contra el contacto y vaya pisando irregular hacía atrás. Un contacto suave y uniforme y constante con una medida correcta de las riendas facilita la regularidad en el paso atrás y también la seguridad en el autosostenimiento.
Piruetas
Además sobre todos estos detalles hay que tener en cuenta lo siguiente: El asiento del jinete y el aire del caballo están interconectados en todo momento y relacionados. El aire del caballo influye en el asiento pero también el asiento influye en el aire de la misma forma. Esto requiere del jinete que esté capacitado de mantener la postura de su cuerpo sin ninguna rigidez o forzamiento en todo momento y que su punto de gravedad esté siempre en coincidencia con el de su caballo.
En la parada
Se regalan muchas veces innecesariamente valiosos puntos. Y eso suele ocurrir entre 3 a 4 veces en una prueba. La correcta parada solamente se puede esperar cuando haya sido practicada con suficiente frecuencia y cuidado. Y precisamente a este ejercicio, como nos ha mostrado la experiencia ya, no se presta la suficiente atención, ni siquiera durante la preparación en la cuadra.

Los errores frecuentes, como que el caballo no para con exactitud sino poco a poco, no está recto, no está apoyado sobre las cuatro extremidades, vuelve a pisar ya en la parada, no para tranquilamente, si no se queda quieto, etc., son todos ellos errores que se pueden evitar si el caballo está perfectamente en las ayudas. Y sobre todo si está recto en sí y deja pasar.
Además el jinete tiene que estar muy concentrado, montar hacía la parada, no olvidarse de adelantar la mano en contacto con la boca del caballo un poco para que el caballo no pise hacía atrás, ni cierre la cabeza en el pecho, ni salga hacía arriba del contacto.
Si el caballo está ligeramente torcido en la parada no hay que corregirlo porque probablemente la corrección no mejorará sino que empeorará la situación. Si el caballo ha parado tranquilamente entonces hay que dejarlo algún momento más en esta posición. Sin embargo si el jinete siente que el caballo quiere salir hacía delante puede que sea más correcto ceder a ese deseo en vez de querer mantener el caballo en esa posición porque de la otra forma aumenta el riesgo de que se vuelva inquieto.
La opinión de que es superfluo insistir en la importancia de la realización de las figuras y las reprises con exactitud está muy extendida entre algunos profesionales. Quien piensa esto está equivocado, basta prestar atención a las primeras huellas de los cascos después de haber pasado la rastra para ver de inmediato que se está equivocado.
Los errores de inexactitud que se repiten eternamente suelen ser:
1.El binomio abandona la línea central antes del giro hacia el lado menor.
2.Al coger la diagonal en un cambio de mano, llegando desde mano derecha, la mayoría de los jinetes suele salirse de la pista en la primera mitad hasta X hacia la izquierda y en la segunda mitad hacía la derecha.
3.Se observa con frecuencia el comienzo prematuro o tardío de las reprises.
4.La imprecisión en las figuras de la pista está en el grupo de errores que se pueden evitar.
A pesar del cuidado más esmerado ocurren errores. En este sentido para apreciar cuándo, cómo y por qué se cometen, los jueces y los espectadores deberían reconocer lo que el jinete pretende, de si se trata por ejemplo, de ejecutar un trote medio o de un trote largo. La diferenciación entre los tempo medio y los tempo largos debe ser clara. Cualquier borrosidad entre los tempo será penalizada con razón por los jueces.
Por su parte el jinete tiene que montar el tempo exigido desde el punto hasta el punto, como determina el reglamento y esto se exige incluso en las esquinas. Así que siempre hay que partir en un punto determinado. Para ello el jinete habrá de dar las ayudas correctamente, ¿cuándo?. Pues un largo de caballo antes del punto para iniciar el ejercicio.
Más importante y más difícil también para el jinete suele ser llegar en el tempo exigido al punto determinado, y el exponente más difícil de ello es este ejercicio al galope largo.
Las transiciones
Son muy complejas en sus exigencias y además piedra de prueba para el dejar pasar. Las transiciones aparecen en todos los ejercicios, y así tienen correspondientemente su influencia sobre el resultado.

Nos damos cuenta de la importancia de las transiciones cuando asumimos mentalmente que ellas suponen el 50% de todas las lecciones en una reprise de competición. Así que solamente se puede esperar una clasificación o incluso un 1º puesto ganador si se montan muy bien las transiciones. Por ello es importante que el jinete conozca exactamente los requisitos de una buena transición. En este sentido queremos destacar que hay que montar transiciones cumpliendo las siguientes puntos de control:
-Exactamente en el punto exigido
-Ayudas claras y rápidas, pero suaves y elásticas.
-Manteniendo el aire y el tempo hasta el momento donde hay que montar de nuevo.
-Con el aire bien marcado en sus tiempos mantener el ritmo uniforme.
-Fiable, en autosostenimiento con un ligerísimo contacto.
-Con un marco ampliado en los alargamientos, y también con mayor doblamiento de los posteriores en un tempi reunido; quiere decir, la trasmano recibe claramente, sin que aumente el apoyo en el tercio anterior.
-Llevando los movimientos elevados y elegantes, y con una colocación mejorada desde el tempi reunido hacía el alargamiento, y viceversa.
-Con medias paradas suaves, si es necesario con varias repeticiones, y cesando cualquier influencia "tirante", hecho que sería el fallo más grave de todos.
-Con un asiento tranquilo, quieto, sobre todo sin ningún movimiento en el tronco y con la pantorrilla tranquilamente abrazando y con una mano tranquila.
Poder cumplir con todos estos requisitos requiere un jinete con bastante conocimiento. La calidad de las transiciones da una información fiable sobre el estado del "dejar pasar" del caballo y cuan avanzado se está en el arte de la equitación, y en el caso concreto del jinete, sobre su grado de sensibilidad.
Para montar hay que sentir y hay que proyectar. Sin ambas cualidades será muy difícil desarrollarse en el arte de la Doma Clásica.
Recoger las riendas
El jinete tiene que acordarse durante la reprise de recoger las riendas al pasar las esquinas si esto fuese necesario y mejorar en el lado menor el autosostenimiento, el ritmo y la rectitud del caballo.

Estos consejos tienen mucha mayor significado sobre una prueba que lo que puede parecer a primera vista.
Primero, la correcta medida de las riendas es decisiva para un uso de la mano suave sin retraso, influencia efectiva en el momento exacto y también para la ligereza del contacto, y, así, junto con las ayudas de las piernas y del peso, es determinante para la actividad de los posteriores. Ellas influyen sobre la fuerza de empuje, impulsión y sostén y fuerza amortiguadora, es decir sobre el autosostenimiento del caballo.
Muchas veces observamos que las riendas se alargan durante el transcurso de la prueba, lo que puede causar una serie de deficiencias, desde una contacto con interrupciones, hasta un "enroscamiento" excesivo, especialmente durante las esquinas, con giros y vueltas y al entrar en los apoyos.
Por ello el jinete tiene que preguntarse en cada esquina si hay razón para recoger las riendas y para ordenarlas, fundamentalmente y sobre todo ante los apoyos, las piruetas y los cambios al tranco. Especial motivo suele existir para reordenar las riendas del bocado.
Autosostenimiento, del ritmo y de la rectitud
En estrecha conexión con la ordenación de las riendas está la mejora del autosostenimiento, del ritmo y de la rectitud. Como nos ha enseñado la experiencia, después de cualquier lección siempre hay motivo para volver a mejorar el aire, la colocación.

Esto se debería realizar en el lado corto de la pista, de forma efectiva pero invisible, sin ninguna interrupción del ritmo y del autosostenimiento.
Con ello debemos volver a conseguir: acercamiento de los posteriores, movimientos vivos, grandes, la nuca como el punto más alto y la frente ligeramente delante de la vertical, así como un contacto suave en ambas riendas. La preparación del siguiente ejercicio en el próximo lado largo o en la diagonal se prepara de la mejor forma posible.
Porque cualquier jinete tiene que ser consciente que un apoyo al trote solamente será tan bueno como la calidad del trote reunido en el anterior lado corto, y una pirueta en el centro de la diagonal solamente puede ser tan buena como el anterior galope reunido en el lado menor.
La mejora del aire en el lado menor es la clave antes de los cambios en serie en la diagonal, si los jinetes lo tuvieran en cuenta se podrían ahorrar algún que otro fallo en los cambios al galope.
Ritmo y rectitud
Para ambos objetivos, el reajuste de las riendas y para la mejora del autosostenimiento, el consejo es ritmo y rectitud. Es importante que el jinete en un inicio haga todo con mucha consciencia aunque poco a poco debemos alcanzar un estado donde las acciones necesarias se realizan instintivamente porque el jinete los ha interiorizado.
Para la realización exitosa de las lecciones sería ventajoso si el jinete no solamente conoce los requisitos sino si además tiene una imagen interiorizada sobre como los preparará, cómo los realiza y cómo los finaliza.
Durante un elevado número de pruebas de Doma Clásica podemos observar y sentir que los jinetes no tienen una idea correcta, como una pequeña película que recoja lo esencial y a la vez una completa idea de las lecciones aisladas. Esta carencia es la causante de numerosos fallos que podrían haber sido evitables.
Sería demasiado extensivo si entráramos en todas las lecciones. Las aclaraciones se limitan por ello a los ejercicios más importantes y difíciles, los apoyos, las piruetas y los cambios al galope.