jueves, 13 de enero de 2011

Las articulaciones, tendones, cascos y la nutrición

Este es un tema que puede representar una altísima incidencia en las alteraciones del sistema músculo esquelético del caballo, no sólo en la fase de cría de los ejemplares sino que tiene su máximo exponente en su actividad deportiva. Sobre las articulaciones pueden desarrollarse procesos patológicos infecciosos o no que alteran sus estructuras y las inhabilitan desarrollando procesos degenerativos irreversibles. Siendo esto una realidad que acontece en todas las especies, es en el caballo donde se observa una mayor incidencia de las mismas..


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Fogonero, semental PRE

No es menos cierto que el porcentaje de procesos patológicos y mecánicos en este tipo de lesiones articulares es muy bajo con respecto a lesiones que generalmente tiene su origen en una incorrecta consistencia, desarrollo o elasticidad de los tejidos articulares (hueso, epífisis distales de los huesos largos, cápsulas sinoviales, líquido sinovial e inserción de tendones en sus zonas adyacentes). Son estas últimas lesiones las que tienen su origen en deficiencias y desequilibrios en los aportes vitamínicos, minerales y aminoacídicos de las dietas que suministramos, y que se agravan en mayor o menor grado en función de las épocas en las que se producen o la actividad que se desarrolla en el momento en que aparecen los primeros síntomas clínicos.

Voy a tratar de enumerar esos períodos críticos y sobre todo en ciertas razas como es el caso de las razas ibéricas en donde aparece una mayor incidencia de problemas articulares.

Gestación
Este período tiene su máxima importancia por cuanto está implicado, además de la formación lógica de las estructuras óseas, la futura "densidad" de los huesos, fundamentalmente de los huesos largos. Son los tres últimos meses de gestación donde las estructuras óseas en formación pueden sufrir esas deficiencias dado que las necesidades para su formación son máximas y las madres, ante unas dietas deficitarias o desequilibradas, agotan sus reservas orgánicas. Cuando el potro nace, no observamos anormalidades externas en la conformación ósea del recién nacido salvo que, las deficiencias hayan sido sobreagudas, ni tampoco notamos la falta de "densidad" ósea salvo que sometamos a los animales recién nacidos a un análisis radiográfico, de manera que estas deficiencias pueden estar presentes sin que existan otros medios para observarlas.

Cuando las deficiencias son extremas en este período, aparecen los síntomas en madres, incluso antes del parto, como adelgazamiento, inapetencia (alteraciones metabólicas del hígado), mal estado general, etc.. En el caso del recién nacido hay un mal desarrollo de sus estructura ósea con posibles malformaciones y un grado de debilidad que le impide incluso ponerse de pie, impidiendo por tanto que amamante y tome los calostros con la frecuencia necesaria, desencadenando problemas de vitalidad y viabilidad ya en los primeros días, trastornos de ralentización digestiva que le impiden expulsar el meconio en el tiempo adecuado, endotoxemias, etc..

Tres primeros meses de vida del potro
En este período es donde estaríamos todavía a tiempo de tratar de consolidar esa densidad ósea aunque la dificultad está que hemos de hacerlo vía la leche materna y por consiguiente sobre la alimentación de las madres. En casos extremos se puede hacer sobre el recién nacido por ingestión forzada de suplementos, si bien, la aplicación de estos nutrientes necesarios, para ser efectivos, han de aplicarse de forma continuada (diaria) con el inconveniente que supone de manejo.

Existe un componente genético que puede agravar estos problemas. En la velocidad de crecimiento de un ejemplar, no sólo influye la cantidad de leche y su calidad sino que existen factores genéticos que imprimen una más rápida velocidad de crecimiento (línea padre o madre o ambas). ¿ A qué nos conduce este hecho?, pues a tratar de optimizar la producción de leche de la madre, tanto en la calidad de su proteína como de la grasa y lactosa que contiene y sobre todo sus contenidos en minerales a través de la alimentación de las madres. Desde el punto de vista de factor genético, una mayor velocidad de crecimiento conlleva por pura lógica, unas mayores necesidades en el aporte de estos micronutrientes para conseguir ese crecimiento "armónico" y óptimo deseado.

También es un factor genético la curva de lactación en cuanto a la duración de la lactación para aportar una cantidad suficiente de leche, aunque este período o curva de lactación se puede verse reducido cuando existe en estos tres primeros meses un déficit en el aporte de energía de la dieta, que se traduce generalmente con una pérdida de peso de la yegua.

fogonero_42V7188¿En qué influye en las madres la alimentación ?
El error más común que he observado en campo es el exceso de proteína en las dietas de las madres y el déficit constante de mineralización. Este exceso de proteína va a provocar un déficit en la asimilación de la energía de la dieta y de la asimilación de los minerales y como consecuencia tendremos una gran cantidad de leche con mucha proteína y una inadecuada proporción de vitaminas y minerales lo que favorecerá un crecimiento brusco de los huesos largos (tercio anterior y posterior) y un desarrollo de los cartílagos de prolongación de los huesos largos (epífisis distales) con poca consistencia y elasticidad, lo que afectará a las estructuras sinoviales provocando su "pérdida" de líquido sinovial o incluso su rotura (vesículas, derrames sinoviales, deformaciones de las cápsulas sinoviales, pérdidas de densidad del líquido sinovial, etc.). Si unimos a este hecho fisiológico que las deficiencias en estos micronutrientes afectan al desarrollo y elasticidad de los tendones que se insertan en estas estructuras o sus alrededores, se producirán irremediablemente deformaciones y incluso roturas de estructuras tanto tendinosas como de los cartílagos y zonas óseas adyacentes. Estas lesiones serán más graves y aparentes en la medida que los crecimientos y ejercicios de los animales durante el primer año de vida se van incrementándose con los aumentos de peso y movilidad correspondientes. También la incidencia de localización de estas lesiones será mayor en aquellas estructuras que soportan más directamente un mayor peso o una mayor tracción de las estructuras tendinosas más potentes. También el factor manejo aumentará la incidencia de lesiones. No es lo mismo criar un potro/a en libertad (padocks, cercas o finca) o tenerlo en espacios muy reducidos (box), y soltarlos esporádicamente en libertad, porque se van a producir movimientos invariablemente bruscos que ante factores predisponentes como los expuestos, favorecerán las lesiones.

De 3 a 6 meses de vida
En este período es donde se suele apreciar un mayor deterioro en el estado físico de los ejemplares así como una ralentización de su crecimiento que lo achacamos bien a las condiciones climatológicas o al cambio de pelo etc., etc..

En realidad es que en este período la demanda de nutrientes es mucho mayor y como la madre no se los aporta, bien por que su curva de lactación ha sido corta por motivos genéticos, o bien por que su alimentación ha sido deficiente, en la medida de que el aumento de peso del potro/a es mayor, los síntomas clínicos son más aparentes.

La corrección es tratar de compensar lo que no aporta la madre con la puesta a libre disposición mediante "filtros" donde no puedan acceder las madres, de nutrientes de una alta calidad biológica y fácil asimilación que permitan compensar individualmente a cada potro/a de los nutrientes necesarios así como desarrollar su aparato digestivo para el momento del destete y así evitar las condiciones de stress y alteraciones digestiva que conlleva el pasar de una dieta fundamentalmente líquida a una dieta exclusivamente sólida.

En esta fase "no vale" el decir que el potro ya come de lo que suministramos a la madre pues, como he mencionado antes, sus necesidades en proteína, minerales, vitaminas y aminoácidos son muy superiores a los que podamos estar dando en la alimentación de las madres, pero además la capacidad de ingesta del potro en esas edades es muy limitada, por lo que tampoco vale el decir que el potro/a tiene el pienso de madres o cereal a libre disposición o está en una pradera verde maravillosa, pues como esta capacidad de ingesta es limitada el pienso que consumirá no sólo no le aportará la mineralización necesaria sino tampoco la proteína adecuada, y el verde que ingeriría aportaría la cuarta parte de la proteína necesitaría y veinte veces menos el aporte de minerales sobre sus necesidades, además del desequilibrio de los mismos que las distintas praderas tienen. Es decir, estaríamos ante una alimentación muy deficitaria.

En estos casos el heno de alfalfa (secado al sol y no alfalfa deshidratada) realiza un papel único en la alimentación y es que además de aportar una calidad de proteína máxima con pequeñas cantidades de consumo, favorece el desarrollo de la flora microbiana o protozoaria del ciego y colon, desarrolla las estructuras digestivas (estómago, intestino, ciego y cólon) y es muy apetecible y digestible ya desde las primeras edades. Es lógico pensar que estoy hablando de una alfalfa de gran calidad, a ser posible con la máxima cantidad de "hoja" y tallos mínimamente lignificados, es decir heno de alfalfa de 1ª.

Es en esta fase donde he observado el auténtico inicio de las alteraciones músculo articulares al haberse producido durante estos primeros tres meses un gran desarrollo músculo- esquelético que triplica o cuatriplica el peso del recién nacido.

Mediante los "filtros" el potro/a tendrá acceso de forma indistinta bien al heno de alfalfa o al pienso o mezcla de cereales junto con los complementos nutricionales necesarios para cubrir sus necesidades. Así, mediante la alimentación y el manejo, podremos prevenir de una forma muy eficaz las posibles deficiencias y alteraciones de las estructuras articulares y musculares consiguiendo además un crecimiento armónico óptimo así como la expresión de su máxima capacidad genética tanto física como psíquica.

El destete y recría de 6 a 12 meses
Si importante es la fase de lactancia en sus dos períodos fundamentales, más importante es esta fase de post-destete en donde lo que coma el potro/a depende exclusivamente de lo que aportemos o pongamos a su alcance, con la salvedad, como he mencionado en el apartado anterior, de que su capacidad de ingesta al ir relacionada con su desarrollo y peso es todavía pequeña, por lo que deberemos de mantener una relación concentrados/heno adecuada de forma que el equilibrio nutricional sea óptimo.

En esta fase primera desde los 6 a 9 meses no deberíamos pasar de los 2 kgrs. diarios de pienso y/o mezcla de cereales con los complementos adecuados y heno de alfalfa a libre disposición. El consumo de heno de alfalfa estaría por debajo de los 3 kgrs. diarios. A medida que su crecimiento va siendo mayor (8 a 9 meses) hay que ir aumentando el concentrado a 2,5 kgrs. día o 3 kgrs. día que se mantendría hasta el año de vida junto con el heno de alfalfa a discreción.

La consolidación de las estructuras óseas y por consiguiente articulares, tendinosas y musculares se produce en esta fase. Un exceso de peso repercutirá muy negativamente en la conformación y estructura de las articulaciones.
Como he mencionado antes, defectos en el manejo de los animales en este período de destete, favorecerán las lesiones en articulaciones y tendones que, de producirse, tienen un complicado pronóstico al ser animales de difícil manejo.

Los cascos
Si importante es la salud de tendones y articulaciones, no menos importante es la consistencia y elasticidad de los cascos, auténticos protectores de las estructuras de tendones y articulaciones en la medida que su función "amortiguadora" es vital tanto en las fases de crecimiento como a lo largo de toda la vida del caballo.

Los elementos nutricionales necesarios para conformar sus estructuras, además del componente genético en cuanto a forma y crecimiento, pueden y son modificados y mejorados vía alimentación. Las necesidades en minerales, vitaminas y aminoácidos son los factores que determinan la consistencia y elasticidad de los cascos y son estos nutrientes los mismos que actúan en la conformación óptima de las estructuras articulares y de la consistencia y elasticidad óptima de los tendones. Las alteraciones de las dietas en cuanto a sus macrocomponentes (proteína/energía), y un desequilibrio o déficit en el aporte de los micronutrientes mencionados, provocarán un incorrecto crecimiento de los cascos, una deficiente consistencia y elasticidad de los mismos y la aparición de cascos "blandos" y/o quebradizos.

La "sensibilidad" de los cascos por este motivo, además de las alteraciones anatómicas mencionadas, tiene una especial importancia en el comportamiento psíquico-deportivo y en los irregulares comportamientos a la hora del trabajo según sea el tipo de de suelo sobre el que se realiza.

Como en las otras estructuras, suele existir un factor genético que predispone a este tipo de alteraciones en sus estructuras, bien porque sus necesidades en micronutrientes son mayores o bien porque su capacidad de absorción (asimilación) de estos micronutrientes es menor, lo cierto es que en la mayoría de los casos, y ante la presencia de este tipo de alteraciones, la corrección de la dieta alimenticia y el aumento de los minerales, vitaminas y aminoácidos adecuados, resuelve en un tiempo relativamente corto (2 a 3 meses) estos problemas.

fogonero-bis_42V7166-2Lesiones y tratamientos
Es una práctica común en el mundo equino el suministrar determinados componentes nutricionales bien para prevenir o bien para curar los procesos que están relacionados con las articulaciones y cascos. Estos tratamientos no dejan de actuar en la mayoría de los casos como "parches", pues no van a corregir el origen del problema sino la lesión en sí, por lo que la eficacia en muchos casos es baja.

La estructura de las articulaciones, tendones y cascos está determinada por una serie de reacciones bioquímicas y procesos enzimáticos que "fabrican" las sustancias que realmente nutren las células y tejidos de las estructuras articulares, tendones y cascos y que por consiguiente requieren de una serie de nutrientes, que si no son aportados en su totalidad, en la suficiente cantidad, con la necesaria digestibilidad y en sus proporciones correctas no van a tener la eficacia y resultados óptimos requeridos. En todos estos procesos enzimáticos y bioquímicos que conforman los huesos, cartílagos, bolsas sinoviales y líquido sinovial la sola falta de uno de sus componentes va a romper toda una cadena de reacciones que impedirán la correcta conformación de dichas estructuras, de ahí la importancia de que, una vez realizado un diagnóstico correcto, sea fundamental el realizar unas pautas de tratamiento que invariablemente han de pasar por una revisión de los parámetros nutritivos y de los aportes nutritivos específicos para la resolución del problema, de lo contrario, aunque la resolución del problema se produzca aparentemente rápido, las "recaídas" con lesiones más graves que las originales serán constantes.

La estimulación de estos procesos enzimáticos y bioquímicos solo será posible con un correcto funcionamiento del metabolismo general, y en este metabolismo general están implicados hígado, riñón, páncreas, sistema endocrino, sistema nervioso, sistema digestivo, sistema respiratorio, etc., en donde en todos ellos, la deficiencia o desequilibrio en nutrientes esenciales como las vitaminas, minerales y aminoácidos son determinantes para su correcto funcionamiento

De ahí la importancia de preservar, vía alimentación y sus aportes, las estructuras músculo-esqueléticas y los cascos, aportando de forma continuada, equilibrada y suficiente al organismo los elementos necesarios para el permanente desarrollo y funcionamiento de estas estructuras.

...... sabías que .......

Existe la creencia muy generalizada de que los alimentos llamados "naturales", aquellos que no han sido sometidos a ningún proceso tecnológico, henos, pajas, cereales, frutas, plantas verdes en general, tubérculos, etc., pueden aportar de forma suficiente las diferentes vitaminas y minerales que necesita un caballo.

La realidad no es esa. Los distintos alimentos no tienen la cantidad suficiente de micronutrientes (vitaminas y minerales) y ni el necesario equilibrio entre los mismos, pero no sólo eso, sino que la digestibilidad de los mismos es muy baja lo que hace que estos aportes sean más insuficientes.

La digestibilidad de determinados minerales como el calcio, fósforo o magnesio de los alimentos vegetales no llega en muchos casos ni al 40%. Específicamente en los caballos, la digestibilidad (asimilación) de los βcarotenos presentes en la mayoría de las plantas verdes es prácticamente nula. Por tanto cuando decimos que las necesidades de vitamina A están cubiertas con los pastos verdes (como en otras especies) no es aplicable a los caballos.

Hay que tener en cuenta que, una vez valorados los aportes en minerales de los alimentos suministrados en una dieta equilibrada de alimentos naturales no procesados para una yegua gestante, es necesario añadir alrededor de los 150 gramos diarios de distintos minerales inorgánicos en sus formas digestibles para cubrir sus necesidades reales en minerales y vitaminas.

Estos datos perfectamente conocidos y tabulados desde hace muchos años son los que se tratan de corregir con el empleo de piensos compuestos, aunque no siempre se consiguen o bien porque los elementos incluidos no están en el adecuado equilibrio, o bien porque no se incluyen en la suficiente cantidad o bien porque no tienen la adecuada digestibilidad o bien por que no se suministran los piensos en las cantidades recomendadas por el fabricante.
Cuando se trata de animales que no realizan una actividad física "obligada" no suelen aparecen síntomas clínicos de estas deficiencias, pero eso no quiere decir que no existan y que su metabolismo esté sufriendo una permanente alteración en su funcionamiento. Cuando se trata de animales en fase de crecimiento, final de gestación, lactancia o actividad deportiva es cuando de una forma más o menos esporádica o generalizada comienzan a aparecer los síntomas y alteraciones motivadas por estas deficiencias.

No es algo casual que el sector equino esté "inundado" de ofertas de distintos aditivos y complementos nutricionales en su mayoría y hasta de "varitas mágicas" para todo tipo de procesos y trastornos que se ven con más o menos frecuencia y que confunden al profesional que vive para y del caballo. Aditivos y complementos explicados y/o recomendados con acción "parche" (curar) pero pocos con la acción de complemento nutricional para prevenir. Pero como dice alguien muy querido para mi ..... ¡es lo que hay!.


Fuente: topiberian.com

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