Guardadamas & Jose Antonio García Mena Este es un tema que puede representar una altísima incidencia en las alteraciones del sistema músculo esquelético del caballo, no sólo en la fase de cría de los ejemplares sino que tiene su máximo exponente en su actividad deportiva. Sobre las articulaciones pueden desarrollarse procesos patológicos infecciosos o no que alteran sus estructuras y las inhabilitan desarrollando procesos degenerativos irreversibles. Siendo esto una realidad que acontece en todas las especies, es en el caballo donde se observa una mayor incidencia de las mismas. 1. La musculatura del tronco (dorsal y abdominal) es el punto clave para la transmisión de esa energía hacia el resto del cuerpo y permite al caballo equilibrarse. Los caballos que tienen la musculatura del tronco rígida o poco desarrollada están incapacitados para moverse con libertad, equilibrio y fuerza. Por tanto, por mucha impulsión que genere nuestro caballo, si no es capaz de transmitirla a través del tronco, nunca conseguiremos el equilibrio, la armonía y la flexibilidad que se busca en la Doma Clásica. 2. Los músculos de los posteriores generan la impulsión del caballo y están siempre presentes en el movimiento, sin embargo pueden ser más o menos solicitados por el jinete a la hora de programar su entrenamiento diario. Los ejercicios específicos para trabajar los grupos musculares del tren posterior en esta fase del entrenamiento son la grupa adentro, grupa afuera, rotación sobre los manos, transiciones paso-galope, parada - paso atrás, dar cuerda con intensa activación del posterior, con pessoa o gogue, subir cuestas, alargamientos de paso y el galope, etc. Los ejercicios de difícil aislamiento se atribuyen por la ejecución previa de ejercicios aislados. por ejemplo un apoyo que viene de haber trabajado una grupa adentro, es un ejercicio que trabaja más intensamente el tren posterior, etc. 3. La musculatura abdominal es un punto clave de la cadena muscular responsable de esta transmisión de la impulsión y gracias a ella el caballo tolera el peso del jinete. Trabajar intensamente la musculatura abdominal se puede hacer a través del entrenamiento fartlek, que es un tipo de entrenamiento flexible que consiste en hacer varios ejercicios, tanto aeróbicos como anaeróbicos, principalmente ejercicios de carrera, caracterizados por los cambios de ritmo en campo abierto moviéndose en libertad en medio de la naturaleza. 4. La musculatura del hombro, cuello y brazo permite elevar, flexionar y extender la extremidad anterior al recibir la impulsión de los posteriores a través del tronco. Los ejercicios específicos para trabajar los grupos musculares del tren anterior en esta fase del entrenamiento son la espalda adentro, espalda afuera, transiciones paso trote, trote galope, dar cuerda con riendas de atar, bajar pendientes, rotación sobre los posteriores, alargamientos de trote, etc. Los ejercicios de difícil aislamiento se atribuyen por la ejecución previa de ejercicios aislados, por
ejemplo un apoyo que viene de haber trabajado una espalda adentro, es un ejercicio que trabaja más intensamente el tren anterior, etc. 5. La musculatura del cuello participa activamente en el equilibrio del caballo, modificándolo en función de su colocación, ya que existe una cadena de músculos y ligamentos que conecta el cuello, el tronco y el tren posterior. Desarrollar la Fuerza El trabajo de musculación es clave a la hora de mejorar el rendimiento en Doma Clásica. A más fuerza del caballo, más peso puede llevar sobre sus pies, lo que se traduce en una mayor capacidad de reunión y mayor capacidad para realizar ejercicios complejos. Por tanto, siempre debemos prestar atención al desarrollo de la fuerza. La fuerza muscular aumenta de dos maneras: Hipertrofia Muscular Ya hemos visto en números anteriores que la hipertrofia es el aumento de la masa muscular debido al aumento del tamaño de las fibras musculares. Que un músculo crezca (grado de hipertrofia) depende del número de veces que se repite un ejercicio (número de repeticiones) y de la intensidad de esas repeticiones (peso levantado en humana/velocidad de realización del ejercicio, grado de reunión, etc., en caballos). Es decir, del trabajo mecánico realizado. Hay que encontrar equilibrio entre el aumento de velocidad necesario para entrenamiento de la fuerza y el tolerado por el caballo desde el punto de vista del comportamiento y las exigencias técnicas. En los caballos que se encuentran en esta etapa del entrenamiento de fuerza la intensidad se aumenta tradicionalmente con más repeticiones o más series. Hay métodos de entrenamiento especialmente dirigidos a aumentar la intensidad, como las vendas con pesos de plomo colocadas a diferentes alturas en las extremidades, las herraduras con peso, la carga de peso colocada en la zona lumbar o en la grupa, las poleas de movimiento para los pies y las manos., etc. También las empinadas pendientes y las bajadas pronunciadas son otra forma, en este caso natural, de aumentar la intensidad. Pero estos métodos de aumento de la intensidad no son útiles en esta fase III del entrenamiento, ya que entrenan la fuerza máxima o potencia, serán eficaces y mucho posteriormente, en la fase de musculación avanzada. El aumento del tamaño del músculo, aumentará su fuerza. Pero si la hipertrofia muscular es excesiva, la musculatura pierde tensión (por activación del aparato de Golgi, un órgano sensorial que se encuentra en los tendones de los músculos esqueléticos. Forma parte de un mecanismo de defensa de los músculos que evita la ruptura de fibras musculares cuando existe un exceso de tensión) lo que conlleva a una disminución del grado de fuerza. Todos tenemos la imagen del culturista que no es capaz de abrir una botella de agua. Por tanto, no siempre se cumple que cuanto más musculado está un caballo más fuerza tiene. Es en este punto dónde entra en juego el sistema nervioso y la técnica. Efecto Neural El sistema nervioso es el encargado de activar al músculo para realizar los movimientos. El trabajo de musculación también debe buscar un aumento del "rendimiento" de este sistema nervioso. Cuando esto ocurre: - El caballo responde más rápidamente a ayudas más sutiles. Ha aumentado el nivel de activación del sistema nervioso. - El caballo tiene más fuerza a pesar de que el músculo no sigue aumentando su tamaño (aumento exponencial de la capacidad de fuerza del músculo). Ha mejorado la sincronización de las fibras musculares que forman el músculo. - Mejora la coordinación, la técnica y la manifestación de la fuerza en los ejercicios propios de la disciplina. Se han activado a la vez todos los grupos musculares que intervienen en el ejercicio (no sirve de nada desarrollar mucha fuerza si no se puede expresar en el ejercicio de la competición). Todo esto se traduce en una mejora de la Economía de Movimiento, que es la capacidad para realizar la misma actividad con menor consumo de energía o una actividad más intensa con el mismo consumo de energía. ¿Qué tipo de fuerza debemos entrenar? Las necesidades de fuerza son muy distintas en función de la disciplina. Así, un caballo de salto necesitará desarrollar mucha fuerza en muy poco tiempo, es decir, fuerza explosiva. Por el contrario, un caballo de raid necesita niveles de fuerza más bajos pero mantenidos durante más tiempo, es lo que se llama resistencia a la fuerza. Fuerza Máxima Es el valor más alto de fuerza que puede aplicar un caballo. Está directamente relacionada con la potencia. Cuanta más fuerza tiene un caballo, más potencia puede desarrollar. Para entrenar para fuerza máxima se requieren sesiones con trabajos cortos de muy alta intensidad, y que se correspondan con un elevado grado de reunión, realización de ejercicios técnicos en planos inclinados, etc. En esta etapa del entrenamiento (en torno a los 5 años) el caballo no puede ni debe asumir cargas intensas, porque su musculatura no está preparada para llevarlas a cabo y modificarían la técnica de los ejercicios. En definitiva, empeorarían el rendimiento del caballo y lo predispondrían a sufrir lesiones. Hay que tener en cuenta que cuando la fuerza está muy poco desarrollada, cualquier carga la puede mejorar en gran medida. Por lo que en caballos poco entrenados y jóvenes todos los ejercicios realizados entrenan la fuerza sin necesidad de aplicar ejercicios extenuantes que le llevarían a un estado de agotamiento y de lesión. El entrenamiento específico de este tipo de fuerza se reservará para la fase de musculación avanzada. Resistencia a la fuerza Como hemos visto, es la capacidad de mantener una producción de fuerza concreta durante un tiempo determinado. En la competición la fuerza se debe aplicar en unos ejercicios concretos, por lo que se debe entrenar en esos mismos ejercicios. Este tipo de fuerza es uno de los factores determinantes del rendimiento en la Doma Clásica. La imagen más clara para entender este tipo de fuerza son los caballos que pierden expresividad o acción durante la competición. Estos caballos van perdiendo fuerza a lo largo de la prueba, es decir, aplican menos fuerza o la aplican a menor velocidad. No han desarrollado suficiente resistencia a la fuerza. ¿Cómo se entrena la resistencia a la fuerza? El entrenamiento de la resistencia a la fuerza debe hacerse con el propio ejercicio de competición. De nada sirve que un caballo sea capaz de trotar mucho tiempo con impulsión en línea recta si no puede mantener esa impulsión en los desplazamientos laterales. Un entrenamiento adecuado debe cumplir los siguientes requisitos: - La carga (grado de impulsión, reunión, velocidad, penetrabilidad de suelo) no debe ser tan alta que modifique substancialmente la técnica del ejercicio. Ejemplo: Se deben realizar los ejercicios con el grado de reunión y velocidad a la que el caballo sea capaz de mantener la técnica de movimiento durante un tiempo más o menos prolongado en función del ejercicio. Si realizamos el ejercicio a una velocidad o grado de reunión elevados para el caballo, se cansará rápidamente y comenzará a moverse de forma incorrecta. Tendremos un caballo que comienza moviéndose muy bien pero que no es capaz de mantener ese movimiento durante mucho tiempo. - La intensidad debe ser elevada (máximo número de series que permiten mantener la técnica intacta). Hay que repetir los ejercicios tantas veces como el caballo sea capaz de realizarlo de forma correcta. En el momento que veamos que la técnica comienza a fallar, se debe dejar ese trabajo. Como ejemplo, un caballo realiza dos alargamientos del trote (uno a cada mano) y descansa 5 minutos a un trote relajado, equilibrado y elástico, a continuación realiza otros dos alargamientos y vuelve a descansar, y así sucesivamente hasta que al llegar por ejemplo a la sexta serie el caballo ya pesa más que antes en la mano, se escapa del ejercicio, extiende el dorso, etc. Antes de llegar a este punto debemos parar. La máxima intensidad que suele tolerar el caballo es 5 series con dos repeticiones cada una y un descanso de cinco minutos a un trote lento y relajado entre series. No olvidemos que por si misma la realización de más series, sean cuatro, seis o siete no tendrá ningún efecto beneficioso sobre el entrenamiento de la resistencia a la fuerza. -El número de repeticiones no debe ser elevado (será pequeña al principio y aumentará progresivamente). Ejemplo: Para mejorar la resistencia a la fuerza realizamos dos veces el alargamiento del trote, dejamos un tiempo de recuperación, volvemos a repetirlo dos veces, dejamos de nuevo un periodo de recuperación, y así sucesivamente. Si comenzamos realizando muchas veces el alargamiento, agotaremos al caballo demasiado pronto, generaremos movimientos compensatorios y no obtendremos ningún efecto beneficioso sobre la resistencia a la fuerza. Cuando el entrenamiento comience a tener sus efectos, podremos pedir cuatro alargamientos en lugar de dos y así ir aumentando progresivamente el número de repeticiones manteniendo el número de series. -Las pausas entre series deben ser largas para que cada serie tenga una intensidad semejante y la producción de lactato no sea muy alta. Ejemplo: Si realizar los dos alargamientos de la serie nos lleva un minuto (incluyendo preparación del ejercicio, realización y vuelta al trote de recuperación), debemos dejar que el caballo se recupere antes de realizar la siguiente serie. La proporción entre el periodo de trabajo y recuperación dependerá de cada caso, pero, en general se debe de considerar 1:6, en la que 1 es la realización de la serie y 6 puede ser lo que se tarda en dar una vuelta al paso antes de comenzar la siguiente serie. Siempre que las necesidades técnicas lo permitan, será recomendable que el periodo de recuperación entre series se realice al paso con ejercicios de flexibilidad. Importancia de la técnica Ya hemos visto que el trabajo de musculación debe basarse en la fisiología y biomecánica del deporte. Hay que tener en cuenta las características del ejercicio de competición para conseguir una manifestación óptima de la fuerza en estos ejercicios. Un caballo puede mostrar mucha fuerza en salto, pero esa fuerza muscular puede no manifestarse al realizar un desplazamiento lateral, ya que la longitud muscular, los ángulos articulares, la coordinación intramuscular e intermuscular, etc., no son los mismos. Insistimos, una vez alcanzado un estado de forma básico mediante ejercicios inespecíficos a la disciplina, la musculación se debe trabajar mediante el movimiento específico. Características del cuerpo en movimiento -La postura en la que se aplica la fuerza (movimientos laterales, alargamientos, transiciones....). No es lo mismo aplicar la fuerza hacia adelante que lateralmente, ya que varía la longitud, grado de tensión, etc., del músculo. -Los ángulos articulares en los que se debe manifestar la fuerza. (grado de reunión, movimientos laterales....). A mayor nivel, mayor grado de reunión exigido, ángulos articulares mayores, y mayor grado de fuerza requerido . -La velocidad de ejecución del ejercicio (a menor musculación, menor velocidad de ejecución). La velocidad es una manifestación de fuerza (fuerza que hay que aplicar para desplazarse) Por tanto, exigir en este momento la ejecución de los ejercicios a un ritmo elevado, generará trabajo muscular de tipo compensatorio, agotará de forma temprana la musculatura y el sistema nervioso y dificultará la ejecución técnica. -Las fuentes energéticas predominantes. La Doma Clásica es un ejercicio aeróbico con componentes anaeróbicos (estos son los ejercicios de mayor reunión). Es fundamental que el trabajo de musculación sea de tipo interválico. Hay que trabajar las fibras rápidas sin llegar a agotarlas. Si esto ocurre las únicas fibras capaces de continuar con el trabajo serán las lentas. Lo que conseguiríamos pues, es entrenar las fibras lentas, volviendo al caballo más lento y menos fuerte. -Los modos de activación muscular. El sistema nervioso no trabaja igual activando la musculatura para trotar en línea recta que activando la musculatura para hacer una cesión a la pierna. La coordinación dentro del propio músculo y entre los distintos músculos es completamente distinta y se debe tener en cuenta al elegir los ejercicios de entrenamiento. El papel de la flexibilidad muscular La Doma Clásica busca, como hemos visto, la expresión de la fuerza y la coordinación de una forma estética y armoniosa. Es aquí donde el desarrollo de la flexibilidad muscular juega un papel crucial. La flexibilidad muscular se puede entender como la capacidad de elongación del músculo. Desde el punto de vista de la Doma esta flexibilidad se puede expresar en sentido longitudinal (paralela al eje longitudinal del caballo) y oblicuo (de forma oblicua al eje longitudinal del caballo). La flexibilidad longitudinal Trabajando este "tipo" de flexibilidad maximizaremos la capacidad de flexión de la columna vertebral y aumentaremos el rango de movimiento longitudinal (adelante-detrás) de las articulaciones del hombro y la cadera. Todo ello se traduce en una mayor capacidad de reunión e impulsión, mayor amplitud del tranco y mayor impresión de libertad de movimiento. La flexibilidad lateral Al trabajar la flexibilidad en sentido oblicuo al eje longitudinal del caballo trabajamos la capacidad de incurvación lateral de la columna vertebral y aumentaremos el rango de movimiento lateral de la región del hombro y de la cadera. Mejoraremos, por tanto, la capacidad del caballo para realizar desplazamientos laterales, su equilibrio y su coordinación. Exceso de flexibilidad Una de las dificultades del trabajo de musculación es encontrar el equilibrio entre el trabajo de fuerza y flexibilidad. Como hemos visto, un músculo excesivamente fuerte o hipertrofiado, tiene muy poca capacidad de elongación y, por tanto, no podrá manifestar la fuerza de forma óptima. Además, disminuye su capacidad para absorber los impactos y limita el rango de movimiento de las articulaciones. En resumen, tendremos un caballo debilitado, rígido y propenso a sufrir lesiones. El caso contrario se da cuando la flexibilidad muscular es exagerada. La musculatura es incapaz de proporcionar sostén a las articulaciones, y no puede actuar de forma eficiente sobre ellas. Estaremos ante un caballo hiperlaxo, débil e incapaz de ir "hacia delante". Además, su dorso se verá muy comprometido. Por tanto, es fundamental encontrar el equilibrio en el trabajo de estas dos cualidades. Para ello debemos valorar las características individuales de cada caballo e ir ajustando las cargas de fuerza y flexibilidad en función del caso y su progresión con el entrenamiento. Lo ideal es que en momentos de recuperación entre las series de fuerza se trabaje la flexibilidad de los músculos solicitados anteriormente. De esta forma trabajaremos también sobre su recuperación, ya que favoreceremos la eliminación de los metabolitos (productos de desecho) derivados del ejercicio a través del torrente sanguíneo. Grupos musculares El movimiento se genera por la actuación simultánea y coordinada de distintos grupos musculares y por eso en el caballo es imposible trabajar de forma estrictamente independiente unos músculos de otros. Pero lo que sí se puede regular es el grado de solicitación o de trabajo de cada grupo muscular. Por ejemplo, siempre que el caballo avanza, la musculatura del cuello está trabajando, pero a mayor grado de reunión en el movimiento, mayor será la solicitación de esta musculatura. La sesión de entrenamiento debe comenzar siempre trabajando los grandes grupos musculares del dorso, del hombro y los posteriores con el fin de generar un movimiento armónico y un trabajo uniforme de toda la musculatura implicada en el movimiento. Poco a poco se trabajarán los pequeños grupos musculares del cuello y extremidades. Si no cumplimos esta norma básica, generaremos rigidez, sobrecarga de ciertos grupos y falta de desarrollo de otros. Ejemplo: caballos con el dorso "hundido". ¿Cuál es la función de cada grupo muscular? Los músculos de los posteriores generan la impulsión del caballo. La musculatura del tronco (dorsal y abdominal) es el punto clave para la transmisión de esa energía hacia el resto del cuerpo y permite al caballo equilibrarse. Los caballos que tienen la musculatura del tronco rígida o poco desarrollada están incapacitados para moverse con libertad, equilibrio y fuerza. Por tanto, por mucha impulsión que genere nuestro caballo, si no es capaz de transmitirla a través del tronco, nunca conseguiremos el equilibrio, la armonía y la flexibilidad que se busca en la Doma Clásica. La musculatura abdominal es un punto clave de la cadena muscular responsable de esta transmisión de la impulsión y gracias a ella el caballo tolera el peso del jinete. La musculatura del hombro, cuello y brazo permite elevar, flexionar y extender la extremidad anterior al recibir la impulsión de los posteriores a través del tronco. La musculatura del cuello participa activamente en el equilibrio del caballo, modificándolo en función de su colocación, ya que existe una cadena de músculos y ligamentos que conecta el cuello, el tronco y el tren posterior.
Fuente: topiberian.com |
excelente artículo ¡
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